Carta Abierta de REDH a Michelle Bachellet Jeria
Montevideo, 27 de Enero de 2008
Señora:
¿Cómo hablarle?, ¿en calidad de qué?, … ¿como presidente?, ¿como mujer?, ¿como socialista? … ¿Qué es lo que queda de usted? …
En el día de hoy la Lamien Chepa, nuestra Compañera Patricia Troncoso Robles, cumple 111 días de huelga de hambre.
111 días, y su inacción, señora, y su silencio …
Hemos sido testigos de muchas huelgas de hambre, todas ellas muy dolorosas. Pero, corríjame si me equivoco: no recuerdo huelga de hambre que haya sido más extensa que ésta, a la que usted está ignorando olímpicamente.
Hace poco, en un artículo alguien recordaba la huelga seca que terminó con la vida de Bobby Sands. Fueron 66 días terribles. Todavía temblamos de impotencia, el recuerdo nos desgarra… En ese artículo, quien escribía la comparaba a usted con Margaret Thatcher; qué tristeza…
Cada quien construye el recorrido de su vida como puede (y lo corrige si puede). El suyo, señora, es realmente increíble. No se entiende cómo pudo llegar tan alto para convertirse en tan poco, para diluirse e insectificarse. Usted no existe, quizás por esto yo no sepa a quién le escribo…
En cambio, es claro que Patricia Troncoso tan bien sabe por qué vivir, como por qué morir. Esto enfatiza los contrastes, y deja en claro que los intereses que hoy usted resguarda -mejor que nadie-, lanzan sus últimos estertores.
Intereses que ud. resguarda haciéndose a un lado: ¿Qué más quiere el capital que cubrirse de formalidad sin costo alguno, utilizando a alguien que no moleste y absorba el costo de sus miserias? Tal, lo que usted les da.
En este momento, no agoniza Patricia Troncoso más que las injusticias contra las que luchó toda su vida.
El pueblo mapuche está de pie y alerta, recibiendo la solidaridad y el apoyo de todo el mundo, unido en esta circunstancia y firme en sus objetivos como nunca.
Tantos años de trabajo de hormiga, haciendo jugarretas desde el Estado y ciertos sectores políticos para dividirlos, se fueron al tacho.
Usted, señora, y su gobierno (o ‘el gobierno y su “usted”’ , para acercarnos a lo que evidencia la realidad), han actuado tan mal, que lograron lo opuesto a lo que querían: desencadenaron una fuerza decidida, sólida y unida que avanza sin parar hacia sus objetivos…
A ustedes no les queda más que “enterarse” que es tiempo de diálogo y reformas profundas, o hacer lo de siempre: tapar la situación, reprimir, extender en el tiempo -lo más que se pueda- los beneficios y regalías de las transnacionales forestales, mineras, etc., dejando como siempre que ellas dicten las leyes ‘del Estado chileno’, para que ustedes después las hagan cumplir a sangre y fuego en territorios que no les pertenecen, porque son del pueblo mapuche, desde siempre.
Objetivo chico para hacer historia, señora. Seguirán errando …
Mire a su alrededor, busque en algún papel, levante la vista y busque en su despacho, seguro que inmediatamente se cruza con la frase: “Por la Razón o por la Fuerza” …
Señora, no puedo pedirle nada porque no confío en usted, pero realmente espero que con su impericia, con los consejos/presiones intencionadas de sus socios en la Concertación, y con las maniobras de la derecha, siempre activa y siempre atenta, no incendie al país.
Que sea por la razón… Está claro que la causa mapuche es justa y prevalecerá. Es claro que no sólo hay que hablar de condiciones carcelarias y de anulación de leyes de la dictadura, sino de cambios profundos en la Constitución, en el Estado. Es claro que el Estado chileno y los pueblos originarios sobre cuyos territorios se instaló, deben entrar –de igual a igual- en diálogo constructivo sobre un futuro de plurinacionalidad formal y real, definiendo las características y alcances de las autonomías.
Éste es el mismo futuro que tienen todos los estados de América. Y tenemos que darnos cuenta a tiempo, porque no se le pone el traste a la Historia sin quedar mal parado.
Enterándose evitará más dolor y más muertes. Usted sabe lo que ocurre cuando manda a los pacos a embarrar bastones en los riñones de la gente que reclama; a hacer sonar cráneos de obreros, de liceales. Las armas de fuego las llevan, no las dejan en casa.
Matías Catrileo sabía que iba a morir por la causa mapuche. Determinados medios (los de siempre) utilizan estas frases para resaltar el espíritu violento de los que luchan por sus derechos. Matías Catrileo no hablaba de morir en un enfrentamiento, sabía que morir por una causa en nuestra América es estar a merced de las balas de los “guardianes del orden”, que se disparan cobarde e intencionalmente desde la confusión y el tumulto. Matías Catrileo murió por un balazo en la espalda; su asesino fue a corte marcial (?!, como también el de Alex Lemún); responsable de su muerte es el Estado chileno, y usted, a quien hoy le escribo.
Lo contrario a lo que hay que hacer y decir es lo que declaró la semana pasada su vocero: “Esta etapa de gobierno será la del orden”…
Resulta llamativo que no le chiflen los oídos cuando escucha “etapa de orden” desde un jerarca de Estado, después de la bestial orgía de sangre que vivió su país, justificada bajo la misma etiqueta...
Justamente a usted (?!)… Me pregunto si lo puede escuchar sin que se le hiele la columna...
Señora, está claro que usted cree que, con tiempo, todo se reduce a salvarle la vida a Patricia Troncoso -compulsivamente si hace falta, para que no haya otra mártir mapuche-, y que eso burlará los objetivos reales de la lucha.
Señora, esa etapa ya pasó y no obtuvo resultado alguno; no subestime la situación; desconfíe de los que le hayan hecho pensar eso; y tenga miedo de usted misma. Cuando despierte, lo que haga tendrá consecuencias que influirán en la vida de la gente de su país por muchas generaciones…
Señora: todavía está a tiempo de “reaccionar tarde” poniéndose a favor de la Historia. No siga remando en su contra; hágalo ya, porque el tiempo se acaba.
Carlos D. PÉREZ
Coordinador de REDH Red Solidaria por los Derechos Humanos
http://www.redh.org
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